Por Ensenada Online

A menos de 30 minutos de Ensenada, en pleno corazón de Baja California, se encuentra uno de los secretos mejor guardados —y más sabrosos— de México: el Valle de Guadalupe, una tierra fértil, soleada y generosa que se ha convertido en el epicentro del vino mexicano.

Este valle no solo embriaga con sus tintos y blancos, sino que también enamora con su paisaje, su gastronomía, su arte y su gente. Con más de 150 vinícolas activas, produce cerca del 80 % del vino nacional, consolidándose como una región clave para el turismo enológico de América Latina.

Un destino para los sentidos

Quien visita el Valle no solo va por una copa. Va por la experiencia completa: los recorridos por las bodegas, las charlas con los vinicultores, las comidas entre viñedos con chefs de renombre y las vistas de atardeceres que pintan el cielo de tonos rosados y dorados.

¿Por qué está en auge?

• En 2025 fue incluido en la lista de los “50 mejores destinos turísticos del mundo” por Travel + Leisure.

• La derrama económica anual supera los 40 millones de dólares.

• La tradicional Fiesta de la Vendimia, en agosto, reúne a más de 30,000 personas que celebran la cosecha entre música, arte y buen vino.

Mientras otras regiones turísticas luchan contra el turismo masivo, el Valle apuesta por la calidad, la sostenibilidad y el turismo responsable. Un lugar donde cada copa cuenta una historia, y cada visita se convierte en recuerdo imborrable.