Por Karen Anderson

¿Qué dice la ciencia?

• Varios estudios han encontrado una asociación significativa (aunque moderada) entre el uso intensivo de redes sociales y síntomas de ansiedad o depresión, especialmente en jóvenes pacientes de trastornos de estrés postraumático.

• El Cirujano General de EE. UU. alertó que pasar más de tres horas diarias en redes duplica el riesgo de depresión y ansiedad, además de afectar la percepción del cuerpo.

• El término “brain rot” (rotura cerebral) acuñado por Oxford en 2024 describe cómo el doomscrolling —consumo pasivo y continuo de contenido negativo— deteriora la atención, memoria y capacidad cognitiva.

• No se trata solo de tiempo, sino de cómo usamos las redes. La exposición a comparaciones sociales negativas, noticias pesimistas o contenido tóxico es un factor clave en el impacto mental.

¿Qué puedes hacer?

1. No necesitas eliminarlas por completo, solo mejorar tu relación. Por ejemplo:

   • Desactivar notificaciones.

   • Evitar compararte con vidas “perfectas” en Instagram.

   • Hacer pausas y reflexionar cuando te sientas mal tras estar conectado

2. Límites claros: establece un máximo de 30-60 minutos diarios. Dormir sin celular al lado y hacer descansos visuales cada 20 minutos ayuda mucho.

3. Activa tu vida offline: pasa más tiempo leyendo, caminando, platicando cara a cara y desconectándote regularmente.

4. Reemplaza hábitos digitales por actividades reales: escribe un diario, practica un deporte o únete a un club local.