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El incremento detona tensiones entre países socios y rivales. Expertos prevén fuertes afectaciones a las industrias metalúrgica, electrónica, automotriz y de la construcción en México
El Gobierno de México pedirá ser excluido del arancel del 50% al acero y al aluminio que anunció ayer la administración estadounidense. De lo contrario, se prevén afectaciones importantes en diversos sectores económicos, como el automotriz y el metalúrgico. AFP/A. Gillenea
Donald Trump firmó ayer una orden ejecutiva que eleva los aranceles al acero y al aluminio: pasarán de 25% al 50%, afectando principalmente a México, Canadá, Brasil, Corea del Sur, Vietnam y China. Entran en vigor hoy, provocando una nueva ola de tensiones en el sistema de comercio global y volatilidad en los mercados financieros.
La orden “es necesaria para que dichas importaciones no amenacen a la seguridad nacional”, argumentó Estados Unidos. El aumento “contrarrestará con mayor eficacia a los países extranjeros que continúan descargando excedentes de acero y aluminio a bajo precio en el mercado, socavando así la competitividad de las industrias estadounidenses del sector”, señaló la orden ejecutiva.
Mireya Pasillas, académica de la Escuela de Negocios del ITESO, alertó que el ajuste será devastador para varias industrias donde Jalisco es muy importante. “El impacto es negativo, sobre todo porque la industria del acero ya viene golpeada. Llevamos varios meses donde la actividad del sector metálico viene con caídas… y esto afectará más al sector. Y se tendrá un efecto en cadena en otras industrias, incluyendo a la también golpeada industria automotriz”, sumándose las autopartes, el sector electrónico y la construcción. “Estas industrias ya vienen lastimadas y van a seguir cayendo en los próximos meses. No hay para dónde hacerse”, sólo reorientar las exportaciones a otros países.
El acero y el aluminio se utilizan en productos domésticos, como latas de sopa y clips para sujetar hojas de papel, así como en refrigeradores de acero inoxidable y automóviles. Los economistas advierten que los últimos aranceles apretarán significativamente los bolsillos tanto de las empresas como de los compradores.
Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, acentuó que esto impactará en un menor crecimiento de la economía mexicana y en una caída en las exportaciones. En otra arista: menos inversiones y empleos.
En los supermercados, el acero y el aluminio son omnipresentes en el empaque de muchos alimentos. Por eso los expertos advierten que aumentar los impuestos de importación sobre estos materiales podría llevar a precios más altos en los comestibles en general, lo que tensará aún más los bolsillos de los consumidores.
Los aranceles también tienen implicaciones en la construcción y el transporte en su conjunto, ya que muchas partes y materiales están hechos con estos metales. Incluso, si un producto no está directamente empaquetado en acero o aluminio, podría haber costos más altos para fabricar el estante en el que se vende, por ejemplo, o el camión utilizado para transportarlo a la tienda. Y todo eso podría repercutir en el consumidor en el futuro.
El secretario de Economía del Gobierno federal, Marcelo Ebrard, reaccionó ayer y consideró que el aumento es una medida “injusta”, por eso adelantó que este viernes presentará en Washington los argumentos de México para solicitar ser excluido de la medida, como ocurrió con el Reino Unido.
“No creo que se puedan sostener en el tiempo porque el impacto económico es muy grande. Y no tiene sentido poner un arancel a un producto en el que tú tienes superávit (Estados Unidos). Normalmente se pone cuando tienes un déficit, no un superávit”.
Aceptó que las afectaciones serán tanto a la economía mexicana como la estadounidense.
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