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La encuesta realizada a más de 40 mil personas en 50 países, revela que la preocupación por el cambio climático ha descendido de forma alarmante
Los conflictos y la cobertura mediática “ha hecho hasta cierto punto que las personas vean el cambio climático como algo que no necesariamente les está tocando”. EL INFORMADOR / ARCHIVO
"Hay que dar mayor visibilidad sobre cómo el clima afecta a la vida diaria", explica el director para Latinoamérica de Forest Stewardship Council (FSC), José Tagle, tras la publicación de la encuesta sobre preocupaciones de los ciudadanos, que sitúa al cambio climático en cuarto lugar, perdiendo más de 20 puntos desde 2022.
La encuesta de FSC se presentó la semana pasada en la Asamblea General de FSC o Consejo de Administración Forestal en Ciudad de Panamá, que se reunió del 26 al 31 de octubre, y donde se discutió el futuro del manejo forestal responsable y su función para hacer frente a las emergencias climáticas.
Tagle apunta que la situación geopolítica mundial, con varios conflictos y guerras, así como la situación económica provocada por la guerra de aranceles de Estados Unidos, así como las enfermedades o la seguridad alimentaria están entre las principales preocupaciones de los ciudadanos actualmente y que han puesto al cambio climático en cuarto lugar de la encuesta.
Ante esta realidad, dice, "nuestra respuesta también tiene que ajustarse y tenemos que hacer mucho más visible la conexión entre cómo el clima impacta nuestro día a día", y subraya, "porque si lo vemos como algo muy lejano, no podemos reconocer cómo afecta a nuestro trabajo o a la economía".
La encuesta realizada por Ipsos tras entrevistar a más de 40 mil personas en 50 países, revela que la preocupación por el cambio climático, en relación con la encuesta realizada en 2022, ha descendido 21 puntos porcentuales.
Por ello, incide en la necesidad de "dar visibilidad" a la conexión entre los impactos climáticos y la vida de cada persona, porque "el cambio climático no es un tema etéreo, lejano al día a día", impacta en la vida diaria, incide.
Tagle apunta que los conflictos y la cobertura mediática "ha hecho hasta cierto punto que las personas vean el cambio climático como algo que no necesariamente les está tocando".
Considera que hay que "volver a lograr hacer esa conexión", tanto desde organizaciones como FSC, que logran demostrar "los impactos positivos de la certificación de los bosques", como de medidas y políticas estatales enfocadas en el cambio climático, que "sean más tangibles, más pragmáticas para que la sociedad lo vea como algo que realmente está sucediendo".
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"Hay mucho por hacer" en la lucha contra la deforestación
Ante la pregunta de cómo se plantea que la Comisión Europea está intentando retrasar la entrada en vigor de la Directiva de deforestación importada (EUDR), Tagle señala que "hay avances y mejoras para detener la deforestación y por ende todos sus impactos en el clima". Sin embargo, asevera que aún "hay mucho por hacer".
Pero es optimista, porque dice que en todas las reuniones que mantiene ya sea a nivel gubernamental o en bosques gestionados por el sector privado, como recientemente en Kirguistán, en Latinoamérica o en Uganda, "la deforestación está siempre presente y se habla de planes de gestión, de manejo forestal", porque "se está considerando la deforestación como un tema crítico".
"El sector privado y el sector estatal tienen incluida la deforestación en sus planes", asegura, sin embargo, sostiene, "sigue habiendo deforestación en el mundo, por lo que tenemos que hacer más algo".
Y pone de ejemplo Brasil, donde la preocupación por el cambio climático se ha duplicado del 18 % (2022) al 33 % (2025), según la encuesta, y dice que se debe "a la proximidad al problema de la deforestación que tiene un impacto importante en la percepción del público".
Explica que en FSC están estudiando "cómo logramos mostrar el impacto en la vida diaria, no solo en países más afectados por la deforestación" como países en Latinoamérica o África, sino "también en Europa, donde la deforestación no es un gran problema porque está mucho más regulada y no la sienten tan cercana".
Y apunta que es entonces "en la demanda" de productos que no provengan de deforestación importada, donde "se juega un rol importante, es decir, en el consumidor final". A su juicio, "las empresas tienen que sentir y darse cuenta de que la demanda finalmente siempre va a optar, a ayudar a que los bosques no se deforesten".
Y es la próxima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se realizará en Belén (Brasil), la COP30, "justamente el lugar perfecto, un lugar muy importante para tratar el tema, para alinear las agendas de los estados, del sector privado, porque cuando se habla de deforestación se habla de cómo darle mayor valor al bosque", asegura.
En relación con garantizar la seguridad alimentaria sin deforestar, Tagle asegura que "todo es un balance" y llegar a un consenso entre el aspecto económico, el social y el medioambiental, siempre teniendo en cuenta el cuidado responsable de los bosques.
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